La Verdadera Entrada Triunfal

“Aquel pueblo, aunque decía: “Hosanna al hijo de David”, en realidad se había convertido en una higuera estéril que no daba fruto.”

Mas allá de una entrada triunfal, la entrada de Jesús a Jerusalén, sería el principio, de una gran confrontación con la verdadera condición espiritual  del pueblo. Porque no se trata de honrarle de labios, se trata de rendirle toda nuestra verdadera adoración, de corazón, como una ofrenda pura ,que agrade a Él. Se trata de amar sus preceptos y obedecerlos.

Alzaron la voz para alabarle y con palmeras , le rendían homenaje; sin embargo, habían convertido la casa de Dios en cueva de ladrones ; por lo tanto, Jesús se entristeció y también se enfureció, al ver como habían mezclado lo santo con lo profano.  Aquel pueblo, aunque decía: “Hosanna al hijo de David”, en realidad se había convertido en una higuera estéril , que no daba fruto. Jesús vino a enderezar lo que está torcido en nuestras vidas. El vino a traer orden, en medio del caos y luz, en medio de nuestra oscuridad. El nos ama con Amor Eterno y desea que seamos esa higuera, que da fruto de arrepentimiento. Jesús anhela que hagamos, de su entrada a nuestras vidas, una verdadera entrada triunfal, que alegre el corazón de nuestro Padre Eterno.